viernes, 27 de febrero de 2009

Analizamos El Ego de Cibeles con Andrés Aberasturi

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Desde que comenzara su andadura hace tres años, El Ego de Cibeles se ha convertido en la plataforma de despegue de jóvenes diseñadores más importante de nuestro país. Lo que comenzó siendo un evento que corría fuera del circuito de la Semana de la Moda Madrileña, ha pasado a formar parte integrante e indisoluble de la misma. En esta su 7ª edición se le ha dado incluso la responsabilidad de inaugurar la Cibeles Fashion Week, lo que demuestra su consolidación dentro del panorama de la moda nacional.

Las críticas a la pasarela Cibeles se suceden por parte de casi todos los medios de comunicación desde hace años, y desde que se incorporara a su circuito a El Ego también le ha salpicado parte de este recelo generalizado. Por eso, desde Con dos bolsas en cada mano quisimos conocer en primera persona la historia y evolución de esta gran plataforma, charlando con su creador Andrés Aberasturi, y aclarar algunos de los puntos más controvertidos.

Como sucede muchas veces, detrás de grandes eventos que vistos desde fuera parecen perpetrados por titánicas empresas o personajes de gran influencia, lo que se esconde detrás de El Ego de Cibeles es una pequeña pero gran historia forjada a base de mucho esfuerzo y perseverancia. Su semilla se remonta a diciembre del año 2003. Andrés tiene un hermano con parálisis cerebral profunda, una enfermedad rara que afecta a un porcentaje muy pequeño de españoles. Su padre dirige desde hace años una fundación de ayuda a este sector bastante marginal de la población.

Siendo el 2003 el año oficial del discapacitado y ante la poca repercusión real de esta circunstancia en lo que a actos y medios de comunicación se refiere, y aprovechando que acababan de montar Pelonio, una empresa de organización de eventos, Andrés Aberasturi y su equipo deciden montar un desfile de moda benéfico en el que piden a 10 diseñadores consagrados (Modesto Lomba, Agatha Ruiz de la Prada..) y algunos jóvenes (Roberto Diz, José Miró..) que confeccionen un vestido inspirado en Las Meninas, tomando la metáfora de María Bárbola, la niña enana del cuadro, para representar al discapacitado.


La primera sorpresa fue comprobar que los diseñadores aceptaban la propuesta, y aunque nunca habían hecho un desfile y estaban algo atemorizados, todo salió redondo. El desfile se presentó en Casa de América; primero salía la modelo sola con el vestido para darle protagonismo a la prenda, y en una segunda salida iba acompañada de un niño discapacitado. "El desfile fue precioso y salió razonablemente bien. A nosotros, y a mí personalmente, el mundo de la moda me encantó como sector, porque venía del mundo frío del evento, mientras que aquello tenía algo artístico. Era muy bonito".

Mientras organizaban el desfile entablaron muy buena relación con Roberto Diz, un diseñador gallego afincado en Jeréz, muy transgresor y provocador, que en aquel momento estaba empezando. Con él hubo muy buena química y decidieron colaborar juntos y encargarse de su comunicación. "Sin querer me vi metido en un mundo que era una maravilla. Vi que había un montón de diseñadores jóvenes que no tenían un espacio donde mostrar su trabajo". Hicieron un par de desfiles con Roberto, empezaron a ir a Cibeles invitados por los diseñadores... Y pronto se dieron cuenta de que hacía falta un espacio para el diseño joven; el discurso estaba en todos lados, en el ambiente se palpaba una necesidad y sobre todo una pregunta: ¿por qué nadie lo hace?

Así, con la referencia clara de Circuit en Barcelona, que funcionaba, Andrés Aberasturi decide crear el Ego. Inicialmente era un proyecto pensado para vivir del patrocinio privado por lo que empieza a visitar empresas buscando ayuda económica para sacarlo adelante; la idea era acumular muchos patrocinadores que hicieran pequeñas aportaciones. A todas les parecía bien el proyecto y ofrecían su apoyo pero ninguna quería dar dinero. El entusiasmo era generalizado pero necesitaban dinero y el dinero no llegaba. "Estuve un año llamando a las puertas de las empresas más grandes del país pidiendo apoyo económico. Todos ponían buena cara pero nadie daba un duro".

Viendo que aquello no acababa de cuajar, terminó por recalar en el que, al final, era el sitio más lógico: el despacho de Cuca Solana, directora de pasarela Cibeles. Y a ella en seguida le interesó. El de Pelonio era una proyecto sólido con mucho respaldo y apoyos, incluido el de la Comunidad de Madrid que cedía Alcalá, 31 para los desfiles. En Ifema dieron el sí y es entonces cuando nace oficialmente El Ego de Cibeles. Desde entonces y hasta hoy, El Ego lo financia Ifema y sin ellos no podría haber existido. "A Cibeles se la critica mucho, pero yo creo que como toda institución tiene cosas buenas y cosas malas, pero no es inmovilista porque si lo fuesen no se hubiesen metido en el berenjenal de Ego y al final el tiempo les ha dado la razón".

En los últimos tres años Pelonio ha rastreado toda España buscando diseñadores de modo que han obtenido cierta visión y control del mercado, del panorama del joven diseñador y han conseguido convertirse en todo un punto de referencia. Además de Ego ahora mismo también organizan la pasarela de moda del FIB, el On Rock & Fashion en Canarias, dentro de Moda Cálida, y la Pasarela Abierta de Murcia.

Pero Pelonio no sólo se ha especializado en moda. De forma paralela comenzaron con las Fiestas Focaccio, un proyecto muy vanguardista dentro del sector nocturno: fiestas temáticas de disfraces en sitios inverosímiles de Madrid, un desguace, un cine porno, un restaurante chino, un salón de bodas y bautizos... Esto les ha dado credibilidad, han demostrado que no sólo saben hacer desfiles. Las fiestas han tenido mucho éxito dentro del sector cultura, de manera que al final todo cobra sentido, pues la moda también es en parte cultura. Así, poco a poco se han ido especializado en gestión de contenidos culturales.

El pasado septiembre El Ego da un salto sustancial, abandona el salón de Alcalá, 31, donde venía realizándose las pasadas cinco ediciones, y entra a formar parte de los desfiles de Cibeles en Ifema. Según lo entiende Andrés, esta circunstancia tiene cosas buenas y cosas malas. El edificio de Alcalá, 31 estaba fantásticamente situado, en pleno centro de la ciudad, era muy urbano y tenía mucho encanto. Pero estructuralmente era muy complicado montar allí, apenas había espacio, y de alguna manera se entendía como algo independiente de la Semana de la Moda de Madrid. Es cierto que tenía frescura y libertad, pero faltaba la repercusión mediática, que es fundamental.

El año pasado Ifema decide ampliar mucho el concepto de Cibeles y dentro de ese paquete de cambios determina que el Ego se sume a la pasarela oficial. "En un 90% el cambio ha sido bueno". No hay duda de que la repercusión mediática se ha multiplicado, pero desde entonces, la crítica también les llega a ellos. "En Alcalá no recibíamos malas críticas, ahora nos salpica". Antes nadie les hacía demasiado caso, era algo que no se tenía en cuenta; el antiguo formato daba a los diseñadores cierta inmunidad que ahora no tienen y quizá por eso también se permitían desvaríos y locuras que ya no se permiten; antes era casi un juego, ahora es algo más serio y con una repercusión enorme.

No hay más que leer las críticas de esas primeras ediciones para comprobar la condescendencia de la mayoría de los medios, que sonreían divertidos como se sonríe ante las travesuras de los niños, sin tomarlos demasiado en consideración. "Pero a la larga que te critiquen es positivo. Las buenas críticas todo el rato son malas, eso significa que no te están tomando en serio". El hecho de que algunos diseñadores hayan tenido malas críticas el año pasado significa que El Ego se está tomando más en serio, y eso al mundo de la moda le interesa. "Los jóvenes diseñadores que antes tenían un papel irrelevante ahora no lo tienen, y Cibeles como concepto también ha ganado, el Ego oxigena un poco todo".

Pocas personas como Andrés Aberasturi conocen la situación del diseño joven español. En su opinión la situación es mala, y lo es por varias razones. En España no hay una cultura de la moda como industria y eso es una cosa que se tarda en cambiar, pero es lógica porque no hemos sido un país importador de moda. Esto repercute directamente en los jóvenes diseñadores. "Aquí la mayoría de la gente compra ropa en Zara y Mango, en Berlín un gran grupo de gente renuncia a las firmas comerciales y busca la pequeña marca, es una cosa cultural, que se da en otros planos como la música".

Es muy difícil encontrar potenciales compradores, las tiendas no apuestan por el diseño joven. Los procesos de distribución y producción también se ven afectados y resulta complicado producir barato. Los diseñadores pequeños no pueden hacer grandes volúmenes de colección y eso encarece gastos y repercute en el coste final del cliente. Es un problema estructural.

De cinco años para acá han ocurrido dos cosas: la explosión en el mercado de Zara y Mango -que es el mayor acontecimiento en el mundo de la moda que ha tenido España- y, de forma paralela, la aparición de una nueva generación de diseñadores, con referentes en David Delfín, Carlos Díez y Locking Shocking, que han abierto camino. Esas figuras han generado cierta curiosidad o interés por parte de la gente joven y eso se refleja muy bien en el éxito de convocatoria de El Ego; los diseñadores interesados en participar se multiplican exponencialmente cada nueva edición. Está claro que hay interés y, sobre todo, que existe una estructura de formación cada vez más sólida con un número creciente de escuelas en diferentes puntos del país.

En un momento determinado, estas dos circunstancias se cruzan; "a muchos de los diseñadores de los primeros Egos nos los ha quitado Zara". Muchos de los diseñadores que han triunfado en El Ego trabajan ahora para Inditex, de manera que los dos mundos que son el motor de todo esto confluyen. El problema es que esto aún no repercute en las pequeñas marcas, pero acabará haciéndolo. Cuando después de trabajar un tiempo en grandes empresas de moda los diseñadores decidan volar solos y abrir su propia firma, su visión del mundo de la moda habrá cambiado a mejor y serán capaces de sacar adelante su propia empresa. En la actualidad, el problema es que los diseñadores no se plantean ser una empresa, no tienen en mente la parte comercial y económica, no saben gestionar su creatividad como negocio.

Para dar un fuerte empuje al diseño joven lo que hace falta es que Zara (que es la imagen de la moda española fuera de España), se implique."A día de hoy Zara nos quita talento, se queda con los diseñadores buenos por su propio interés pero no da nada a cambio". Lo que le queda pendiente a Zara es reinventir formando diseñadores, financiando pasarelas alternativas... Tienen que darse cuenta de que su futuro depende un poco de estos diseñadores jóvenes que van a ser los que van a acabar diseñando su ropa. "La situación del diseño joven en España es bastante peor que en otros países de Europa, pero soy optimista en la medida en que esa cultura de moda se va asentando".

Desde hace algunas ediciones se han alzado algunas voces críticas contra los procesos de selección de El Ego. Para muchos se ha convertido en un inalcanzable al que parece imposible acceder en procesos poco transparentes. "La gente se siente injustamente tratada cuando no es así". Cada edición se presentan aproximadamente 250 dossieres y de ahí tienen que seleccionar a no más de 10 , "el porcentaje es muy pequeño y no podemos coger a más".

El proceso de selección es limpio y transparente, asegura Andrés Aberasturi. Cuatro o cinco meses antes se abre la convocatoria vía web a diseñadores nacionales y extranjeros, y se pone un plazo de entrega de dossieres. "Lo que pedimos es un dossier, para valorar ese trabajo. Es injusto no poder ir diseñador por diseñador hablando con ellos y que nos enseñen su ropa hecha pero es que no podemos, por tiempo. La mejor solución que se nos ocurre es la del dossier".

Este dossier debe incluir una biografía tipo currículum con los trabajos realizados previamente y los bocetos (dibujos o fotografías) de la colección que presentará el diseñador en Ego. Se trata de que el diseñador confeccione algunas de las prendas, las fotografíe y lo envíe. Es la única manera de comprobar el nivel de acabado y calidad. Aún así, Andrés es consciente de que el sistema no es perfecto pero es lo que más se acerca a ello. "Es como la democracia, el mejor de los sistemas aunque es malo".

De los 250 dossieres que reciben cada convocatoria hay cosas muy malas, o muy especializadas que no entran en el perfil. De lo que queda tras una primera criba salen los finalistas. Por otro lado, Pelonio tiene acuerdos con entidades como ModaFad, que hace su propia convocatoria, o Esdegma (Escuela Superior de Diseño y Moda de Galicia). "Ellos hacen la labor que yo no puedo hacer más en detalle". A ellos les interesa que sus diseñadores acaben en Ego, y desde Pelonio confían plenamente en su criterio de selección de manera que sus ganadores quedan directamente incluidos entre los finalistas.

Una vez escogidos todos los finalistas se crea un comité, para que el proceso sea lo más imparcial y transparente posible. "Lo que yo nunca quiero es que me vengan diseñadores por la calle pidiendo que les meta en Ego, me parece peligroso que dependa de mí; nunca he querido que dependa de mí ni de mi equipo".

Este comité está formado por prensa especializada en moda, en el sector tendencias. Cada edición las personas que lo forman cambian, de manera que no son siempre los mismos. Los miembros del comité se reúnen en Ifema y revisan uno a uno todos los dossieres finalistas. En un proceso que dura horas, se hace una votación en la que cada miembro puntúa el dossier del 1 al 10. Entonces se suman las votaciones y los más votados son los que estarán en El Ego. "Soy consciente de que hay mucha gente cabreada, ojalá pudiésemos hacer 200 desfiles, pero no puedo".

Algunas de las voces más críticas se preguntan por qué no hay diseñadores o profesores de diseño en el comité de selección de El Ego. Desde Pelonio aseguran que no es algo circunstancial sino justificado. No creen conveniente introducirlos en el comité en la medida en que forman parte del mismo sector y pueden generar tanto sesgos positivos como negativos. La idea de contar con periodistas de moda se justifica por ser profesionales que conocen el mundillo pero no están metido en él y no viven directamente de eso. La prensa está en una posición neutra que no tienen los diseñadores. "Hacemos lo que buenamente podemos, somos honestos, no nos dejamos comprar, porque no nos interesa por la propia supervivencia del proyecto".

Críticas o defectos a parte, y asumiendo que siempre es posible mejorar, lo cierto es que El Ego de Cibeles es, a día de hoy, la plataforma de lanzamiento de jóvenes diseñadores más importante y potente de nuestro país, y su creador, Andrés Aberasturi es, ante todo, un apasionado del diseño joven que gracias a su esfuerzo e insistencia ha logrado convertir El Ego de Cibeles en uno de los mejores escaparates para los jóvenes diseñadores; tener la oportunidad de mostrar el trabajo personal sobre la pasarela Cibeles es un objetivo que no pocos diseñadores sueñan con conseguir.


Así ha sido la 7ª edición de El Ego de Cibeles (febrero 2009).

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miércoles, 25 de febrero de 2009

Más diseño joven en Cibeles Fashion Week

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El martes 24 de febrero llegaba a su fin la 49ª edición de Cibeles Fashion Week y lo hacía apostando una jornada más por el diseño joven. Tras el Ego de Cibeles, el fin de semana y el lunes estuvieron copados por diseñadores consagrados de la talla de Francis Montesinos, Elio Bernhayer, Miguel Palacios o Amaya Arzuaga. El último día, sin embargo, Cibeles se ha reservado algunas de las propuestas más innovadoras y transgresoras de la semana. En varios desfiles dobles han participado aquellos diseñadores que no forman parte de la Asociación de Creación de Moda de España entre los que se encuentran varios jóvenes talentos y otros tantos que aún no siendo por edad jóvenes sí lo son en sus planteamientos.

Comenzaba la mañana con el desfile compartido de las chicas de El Delgado Buil y la jovencísima Krizia Robustella, que por segunda temporada desfila entre los grandes tras haber dado el salto desde El Ego de Cibeles. Macarena Ramos Buil y Anna Figuera presentaron su colección Super Furry Animals en la que triunfan los pantalones pitillo y pesqueros en piel de melocotón y los vestidos muy ajustados. Las modelos salieron a la pasarela con manoplas, gorros, jerseis, chaquetas y chalecos muy peludos. Para el próximo invierno la firma propone un atrevido abanico de colores al agua entre los que destacan los tonos rosas, marrones y verdes aguamarinas. Además, pantalones y vestidos se llenan de cientos de cordones que dibujan alocadas formas geométricas muy ochenteras.

Genial Krizia Robustella, que aporta como siempre un soplo de aire fresco con sus colecciones inspiradas en el sport deluxe. Las chicas de barrio toman la pasarela con sus oros, sus chándales y su desvergüenza.Y es que la mía es la mejor gachí del barrio, es la miss del extrarradio”. En Eat in or take away, la diseñadora hace un guiño al domingueo más cañí, el de las familias que pasan el domingo en el campo con sus mesas de camping, su radiocasette, su nevera portátil y su menú de patatas, pollo asado y cerveza, la comida para llevar más castiza.

Todo trabajado con un estilo y un saber hacer tales que convierten sus atrevidas propuestas en prendas versátiles y ponibles fuera del ámbito hiphopero en el que ella se mueve y que siempre refleja en sus diseños. Todo en Krizia es autenticidad, aquí no hay pose, no hay disfraz, es ella al 100% poniendo su mundo sobre la pasarela ante los ojos de los demás, haciendo lo que le gusta, su pasión y su vida. Una gran lección la de la joven catalana que ha demostrado que se puede hacer vibrar al auditorio al ritmo del hip hop a las once de la mañana y despertar repetidos aplausos.

Palillos en la boca, bolsas del pan, chonis de barrio que van a hacer la compra... En los desfiles de Krizia Robustella las modelos juegan con el público, y parecen más personas, más naturales y divertidas que nunca. A Cibeles la diseñadora llega siempre con una filosofía de colección muy estudiada, una coherencia que se echa en falta incluso en grandes diseñadores ya consagrados. Para Krizia la pasarela es una hoja en blanco sobre la que contar una historia, su historia. Ella imagina, crea y planifica personajes y sus vivencias, y este mundo queda plasmado en todas y cada una de sus prendas.

Protagonismo del denim estampado y el tejido tacktel en prendas oversize de colores ácidos como el amarillo y el morado. Por primera vez la diseñadora introduce ropa masculina en su colección y continúa dando peso a los complementos: bolsas de deporte, cinturones, gorras...

La mañana ha continuado manteniendo el potentísimo nivel con los desfiles de Toni Francesc y María Barros. El catalán, con una larga trayectoria en el mundo de la moda a sus espaldas, pero que por primera vez se sube a la pasarela Cibeles, ha dado una lección de patronaje, corte y confección. Contemplación es una colección inspirada en el paisaje nocturno y el reflejo de la luz de la luna y como tal la paleta de colores bascula entre el negro y sus diferentes tonalidades. Texturas y brillos, tejidos orgánicos y tecnológicos que se contraponen y mezclan entre sí.

La falta de color llegó a reducir la vistosidad del desfile pero el trabajo sublime en el tratamiento de cada prenda logró compensarlo en parte. Negros, marrones y azules verdosos en piezas muy trabajadas, cuidadas al más mínimo detalle. Sastrería masculina, hombreras, pliegues, botones y cuellos camiseros en faldas y vestidos maravillosos. Cualquiera de ellos sería feliz en mi armario. Toni Francesc acompañó sus salidas con un genial calzado plástico de la firma brasileña Melissa.

María Barrios debutaba en Cibeles con su colección Loïe. Habitual en la Semana de la Moda de Milán, la joven diseñadora gallega aterrizó en Cibeles con una propuesta romántica y femenina en la que la danza y la luz son protagonistas. Soberbia María sobre la pasarela, en la que brillaron con luz propia los abrigos y gabardinas con cuellos barrocos y los vestidos cortos tipo globo y largos de espalda descubierta en seda rosa palo.

Un homenaje a la bailarina americana Loïe Fuller, exponente del Art Noveau, reinterpretada por la óptica de la diseñadora gallega en una clara evocación de la naturaleza, con detalles de mariposas y hadas. Colores pasteles en gasas, sedas y terciopelos, tejidos que flotan en un juego de contrastes con el negro y el azul eléctrico. Una genial puesta en escena que se vio muy bien respaldada por las sólidas propuestas de la diseñadora, maestra en la costura.

María Barros estuvo acompañada de dos diseñadoras de joyas y complementos: Marta Ortiz de Zarate, que trabaja bajo la firma El jardín de Lulaila, confeccionó varias piezas que lucieron espectaculares en muchas de las prendas. Cadenas y cristal para chaquetas y vestidos, y vistosísimas plumas coom adornos para los zapatos, que se convirtieron en grandes protagonistas del desfile; y Lucía Canabal Pérez, que creó para la ocasión unas mariposas etéreas definidas por citrinos y cuarzos rosa combinados con una madre perla con forma redondeada, y una serie de hadas de tela con piedras semipreciosas. El cuidadísimo trabajo de ambas puso el broche de oro a una colección que maravilló al público.

Nicolás Vaudelet para la firma centenaria El Caballo, se llevó el Premio a la Mejor Colección que cada año otorga L'Oreal, con Bandoleros, una propuesta muy ponible pero muy focalizada en un público ultra-pijo como el que llenaba el front row. Vaudelet ha transformado la pasarela en un establo, y por él han desfilado bandoleras y jinetes de Sierra Morena. En la colección, que ha comenzado con tonos naranjas y marrones para pasar a los negros y los grises, destaca el trabajo con cuero y pana en camisas, chaquetas, pantalones de montar y sobre todo en los complementos.

Las modelos han desfilado con unos originales tacones de cuchillo en botas de mosquetero que han reforzado la visión que el francés ha querido plasmar en esta colección, la particular forma del francés de reinterpretar los elementos más clásicos de la tradición andaluza. Todos coinciden en aplaudir la renovación acertadísima que el diseñador ha dado a la firma y no hay duda de que gracias a ello comenzará una expansión comercial apabullante.

El de la cordobesa Juana Martín ha sido un desfile aburrido. Sin quitar el mérito al buen trabajo de costura, presentar en Cibeles una colección con más de 25 salidas en la misma tela de raso en tres colores planos: azul, gris y negro, es un error muy difícil de entender. Juana Martín que ha apostado todo a una carta y no le ha salido demasiado bien la jugada. A pesar de que ha dejado patente su saber haber con el corte y la confección, haciendo un alarde de todas las técnicas imaginables: fruncidos, pliegues, volúmenes, volantes, mangas farol… la colección ha resultado excesivamente repetitiva y no ha logrado enganchar a un público que a mitad del desfile comenzaba a moverse en el asiento, a hablar con el de al lado y a mirar con cara de sopor a las modelos sobre la pasarela.

Muy esperada la vuelta de la alemana Anke Schlöder. Después de una temporada fuera del circuito cibelino, la diseñadora ha presentado una de las colecciones más transgresoras y atrevidas de toda la semana. Estampados étnicos y psicodélicos de múltiples colores y formas en minivestidos muy neoyorkinos, con aires retro vintage coronados con apliques metálicos, cadenas, argollas, cordones... Genial el trabajo sobre telas acolchadas de aspecto patchwork, y los drapeados y trenzados que llenaban las pecheras de los vestidos de líneas rectas y escotes redondos.

En una temporada invernal en la que todo indica que van a triunfar los colores planos y apagados, la propuesta de Anke ha traído un aire fresco muy necesario que se ha estado echando de menos en jornadas anteriores. Un regreso por la puerta grande.


Jan iú Mes ha presentado una de las mejores colecciones masculinas de toda la edición. Increíble su trabajo en punto tricot, franela, alpaca y algodón brillante que materializan en pantalones, bermudas, camisas, chaquetas y jerseis; todo en negro con algunas tonalidades de grises. El dúo catalán (Jan Zamora Royo y Alfonso Peña Carreras) ha logrado con esta colección encontrar una propuesta para hombre original pero muy ponible. Por fin prendas de hombre originales y con estilo que podrían colgar del armario de cualquiera de nuestras parejas sin necesidad de sentirse disfrazados o incómodos.

Cerró esta maravillosa jornada el siempre transgresor Carlos Diez. A él debemos el cambio que en los últimos cinco años ha experimentado la moda española, él despertó en nosotros la conciencia de que es posible innovar y salirse de lo cotidiano. Sus apuestas irreverentes y siempre algo teatrales han contado esta vez con una de las colecciones más ponibles del creador. El estampado militar y un contraste de dos colores, negro y amarillo canario, han bastado para que el bilbaíno se meta al público en el bolsillo.

Lo mejor de Cibeles Fashion Week: Comprobar que la moda española tiene mucho que decir y que poco a poco va logrando la solidez necesaria para competir en el mercado internacional. Disfrutar de desfiles maravillosos, sugerentes, divertidos, excitantes... fruto del trabajo que durante seis meses han llevado a cabo todos los diseñadores. Compartir con algunos diseñadores los momentos de backstage, los nervios, las ilusiones, los abrazos, las lágrimas. Disfrutar de la compañía de bloggeros de excepción como Mayka de Lujosa Barcelona, Patricia de Para Saber o Fernando de Chic too Chic.

Lo peor de Cibeles Fashion Week: La falta de repercusión internacional del evento. La casi total ausencia de compradores en los desfiles, que demuestra que España aún adolece de una cultura de la moda como industria. El interés mediático que despierta el front row y sus famosos de primera, segunda y tercera, que parece ser más importante que el propio desfile. El ambiente de feria dominguera en la que el público se lanza como loco a conseguir todo tipo de obsequios y souvenirs, perdiendo en muchas ocasiones todo el pudor y la decencia. El circo que forman los cada vez más jóvenes visitantes con su mundo de apariencias y frivolidades.

Todas las fotos de pasarela son cortesía de Yo Dona.
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sábado, 21 de febrero de 2009

Jóvenes diseñadores en El Ego de Cibeles (II)

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Viernes 20 de febrero
, 11 de la mañana en el pabellón 14.1 de IFEMA. Todo preparado para que comience la 49ª edición de Madrid Cibeles Fashion Week, el evento de moda más prestigioso de nuestro país. En esta ocasión serán los jóvenes diseñadores los encargados de dar el pistoletazo de salida. El Ego de Cibeles, plataforma de difusión desde hace ya tres años del trabajo de las nuevas promesas de la moda española, arranca en esta jornada de viernes con más fuerza que nunca; lleno casi absoluto desde los primeros desfiles de la mañana, grandes ovaciones y aplausos y un sentir general muy positivo en el que se palpa el buen estado del diseño joven en nuestro país.

En las salas Neptuno y Cibeles no hay ocasión para hablar de crisis ni para quejarse del poco caso que se hace en España a la moda joven y alternativa: hoy es tiempo de disfrutar del trabajo de los 10 diseñadores noveles que se suben a la pasarela para gritar al mundo lo que valen.

Muy buen sabor de boca nos dejó Bohento, la nueva firma creada por dos diseñadores jóvenes pero con una larga trayectoria profesional a sus espaldas, Cuca Ferrá y Pablo de la Torre. Especialistas en el uso de la piel, han presentado una colección redonda, muy bien trabajada, en la que se recupera el uso del uniforme de trabajo. Looks inspirados en los trabajadores de las minas de cuarzo, aunque cuesta imaginar a unos mineros tan glamurosos trabajando duramente en la oscuridad de una mina. Interesantes propuestas para hombre en punto y algodón combinados con napa y ante sin olvidar las transparencias, muselinas y terciopelos. En las mujeres triunfa el talle alto en ajustadas faldas de tubo. Muchos aplausos del público en una colección de prendas que podrían ocupar sin problemas un hueco en nuestros armarios. Se nota que los dos diseñadores han trabajado para firmas comerciales como Loewe o Mimoki.

Karlotalaspalas llega a Cibeles con una propuesta inspirada en la naturaleza, la madera y la lana; todo muy rústico. Colores marrones, amarillos, beige y verdes en materiales como gabán, popelín, muselina, loneta, gasas y punto tricot. Esta joven pamplonica, estudiante de la Felicidad Duce y con varios premios a sus espaldas, inundó la pasarela con una colección exclusivamente masculina en la que apuesta por los chalecos, las gabardinas y las faldas para hombre. Desde este primer doble desfile se pudo intuir que la estrella de la jornada iba a ser el hombre. Ya era hora de que los diseñadores volvieran su mirada a la moda masculina.

Desde la sala Cibeles (la más clásica) nos trasladamos a la sala Neptuno (la más transgresora) para ver a Marta Montoto y Roberto Piqueras. La gallega debutaba en Cibeles y no fue, por desgracia, un debut demasiado lucido. Poca acogida tuvo, en general, su propuesta, excesivamente redundante y con un concepto de colección sólido pero mal escogido. Como si de una fiesta de pijamas se tratase, Marta Montoto hizo desfilar sobre la pasarela una colección masculina de prendas que no parecían tener más destino que la cama. Zapatillas de andar por casa, ositos de peluche convertidos en gorros y bufandas y un saturador desfile de esquijamas infantiles de los años ochenta sin demasiada gracia.


Roberto Piqueras
, todo un veterano ya en el Ego de Cibeles, tampoco presentó en esta ocasión su mejor colección. Inspirándose en las señales de tráfico, con telas deportivas y aires retro muy ochenteros, Piqueras continúa trabajando sobre una línea ya muy definida de moda sport irreverente y con cierto toque surrealista, con zapatillas deportivas, camisetas en colores muy ácidos y jerseis de tamaños imposibles, que quizá al principio resultara provocadora pero que ya ha pasado a engrosar la lista de lo trillado. Hay un gran talento creativo detrás de este joven diseñador catalán y creo que podría explotarlo mucho mejor explorando nuevas líneas de trabajo.

Grata sorpresa el trabajo de la sueca Ida Johansson. La joven, afincada en Barcelona desde hace varios años, debutaba en el Ego con su primera colección en solitario para hombre y mujer. Una colección, Mito Magnético, inspirada en el fenómeno físico del magnetismo y sus principios de atracción y repulsión. Ida Johansson supo plasmar a la perfección su concepto de colección sobre la pasarela, con su contraste de luces y sombras, de los polos positivo y negativo de un imán, a través del juego de contrastes entre tonalidades de beige y negro, y el juego con materiales brillantes y mates, transparentes y opacos, ligeros y pesados, técnicos y naturales. Me encantaron sus arriesgadas propuestas en las que combina materiales y superpone prendas logrando un todo elegante, femenino y muy favorecedor. Y no menos interesantes sus propuestas para hombre que dejan claro que la falda puede ser una prenda para ellos.

Acompañando a la joven sueca en este doble desfile, Silvia Salvador y Fernando Cornejo, de Potipoti, debutaban también en Cibeles con su colección Berlín Closer (los diseñadores madrileños llevan casi diez años residiendo en la capital alemana). Una colección de diseño sencillo y prendas ponibles en las que todo el peso lo llevan los estampados divertidos, alegres y juveniles. Street style berlinés, que bien podría colgar de las perchas de H&M sección Divided y hacer las delicias de cientos de adolescentes underground. No es malo el trabajo de Potipoti, muy al contrario, su propuesta tiene un gran futuro comercial y eso, señores, es de lo que realmente se trata. Sin embargo, poco o nada aportaron a la pasarela.

American Pérez nos propuso un entretenido viaje a la Norteamérica profunda, la de los rodeos, los cowboys y el rock'n roll, la de las eternas y desiertas carreteras y sus moteles de paso; una norteamerica que todos conocemos gracias a las películas de los geniales hermanos Coen y el irreverente Tarantino. La joven diseñadora catalana, Natalia Pérez, quiso rendir un homenaje a la cultura popular norteamericana y lo consiguió, con una propuesta fresca, desenfadada y juguetona que no descuidó en lo más mínimo el trabajo de patronaje, corte y confección. Grandes y exagerados volúmenes, tachuelas, flecos, cuero... y otros elementos de la cultura folk y country en prendas que jugaron con una amplísima gama de colores: verdes, morados, naranjas, amarillos y rosas. Su gran trabajo obtuvo un merecido reconocimiento del público asistente que rompió en calurosos aplausos al terminar el desfile.

Y entonces llegó Él, el ruso, el magnífico, el grande Serguei Povaguin. Lo intuíamos, lo sabíamos, después de verle el pasado septiembre y enamorarnos de su trabajo. Después de hacerse con un merecidísimo premio L'Oreal muchos esperabamos impacientes un nuevo triunfo de este grande de la moda. Y así fue: Serguei Povaguin llegó para demostrarnos lo que se puede hacer sobre una pasarela. El público lo captó nada más comenzar y no esperó al final para reconocérselo, prorrumpiendo en aplausos en numerosas ocasiones a lo largo del desfile. En la colección del joven ruso, un protagonista indiscutible para el otoño/invierno que viene: el pantalón de talle alto. Además, preciosos vestidos tipo gabardina y un espectacular abrigo que cerró este que fue sin duda el mejor desfile de la jornada y quién sabe, si de toda la semana. En la cabeza de todos la misma pregunta: ¿cuándo veremos a Serguei desfilando en la pasarela Cibeles y ocupando el puesto que se merece? No hay duda... pronto.

Con Serguei Povaguin la pasarela se llenó de los tonos negros y grises del frío y austero invierno ruso. Cashemere, lana y viscosa en prendas de colores apagados.Una colección para vestir a una mujer elegante, muy femenina en su masculinidad, con clase. Una apuesta futurista de exageración de los volúmenes y pliegues que aumentaron progresivamente con cada nueva prenda que salió a la pasarela. Lo del joven diseñador catalán de adopción es de otro nivel, él juega ya en otra división. El jurado L'Oreal no tuvo ningún pudor a otorgarle por segunda vez consecutiva el premio al mejor diseñador joven.

Y entonces llegó ELLA, la veterana, la siempre genial María Escoté, para continuar gritando al mundo que el diseño joven español tiene mucho que decir. En su cuarta colección que presenta en El Ego de Cibeles la joven catalana no lo tenía fácil. Bien curtida en estas lides, tenía que defender una gran colección anterior y seguir demostrando que merece un hueco entre los grandes. Lo consiguió, no hay duda, despertando como ya es habitual, clamorosos aplausos durante todo el desfile. María cuenta con un grupo cada vez más numeroso de incondicionales seguidores que reciben cada salida con frenéticos aplausos; esperemos que sean igual de fieles compradores. En esta ocasión, el apoyo incondicional quedó si cabe más patente cuando no dudó en tapar con sus aplausos algunos desafortunados fallos de sonido.

La mujer de María Escoté es una mujer rompedora y muy femenina, enfundada en hiperajustados vestidos, faldas y pantalones confeccionados en sedas, gasas, rejillas, vinilos y tafetanes bordados con cristales y perlas. Todo en tres colores: el blanco, el rojo y el negro. Sus diseños lucen como pocos en la pasarela, sin necesidad de recurrir a la provocación fácil, a los sacos en la cabeza o los pezones al aire. Brillan por sí solos, por su excepcional talento creativo que inunda la pasarela de colores, formas y estampados.

El cierre de esta primera jornada cibelina lo puso el mallorquín Alberto Tous, que debutaba en la pasarela arropado por los primeros y únicos famosetes que se dejaron caer por Ifema (no hay apoyo al diseño joven desde el Olimpo de los artistas); algunos de los protagonistas de la serie Yo soy Bea (uno de los cuales es el hermano del diseñador). Las influencias del mallorquín no quedaron ahí, pues también por primera vez pudimos ver a una top desfilando en El Ego.

Una buena propuesta, sobria y correcta, en la que apostó por el volumen como protagonista de excepción de la colección con prendas que se acercan al barroco por su trabajo con los volúmenes (quizá un tanto excesivos en ocasiones) en sedas adornadas con brocados, lentejuelas y plumas. Dorados, negros y grises en una colección en la que se echó en falta un hilo conductor, que unificara tantas piezas demasiado dispares. Le queda camino por andar a Alberto Tous aunque talento no le falta y, a juzgar por los constantes vítores de sus incondicionales fans televisivos, apoyo mediático tampoco.

Lo mejor de El Ego de Cibeles: El cada vez más significativo puesto que los jóvenes diseñadores tienen dentro de la Semana de la Moda Madrileña. La buena repercusión mediática y el lleno casi absoluto en todos los pases, incluidos los primeros de la mañana. La enorme pasión y esfuerzo de estos 10 diseñadores que han tenido la oportunidad de mostrar aquí su trabajo. El showroom de 30 jóvenes diseñadores que venden al público sus creaciones y que durará toda la semana.

Lo peor de El Ego de Cibeles
: Todo lo que le rodea; esa pasarela alternativa de niños y niñas chic, los estudiantes de moda, los que consiguieron una invitación en el último suspiro, los que aguardan esperanzados que la sala no se llene para colarse a última hora... toda esta fauna cibelina que pasa varias horas rebuscando en el armario para lucir el perfecto modelito arreglao pero informal que les alce a la cumbre de la fama en algún blog de moda del momento. Hordas de jóvenes que pasean Cibelespacio arriba Cibelespacio abajo encomendándose al Santo del fashion style para que algún cazatalentos tenga a bien retratarlos para la posteridad. A Cibeles cada vez llegan más fotógrafos que buscan captar a ese o esa anónimo estiloso con el clic de su cámara. No me gusta ese mundo de apariencias en el que todo es ser, querer ser y parecer, pero lo cierto es que es mejor tomárselo con humor y filosofía pues cada temporada es más contundente y parece que está aquí para quedarse.



Todas las fotos son cortesía de prensa Ifema (Juan Echevarría) y Yo Dona.




jueves, 19 de febrero de 2009

Madrid Cibeles Fashion Week

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Mañana viernes 20 de febrero da comienzo una nueva edición de Madrid Cibeles Fashion Week, el evento de moda más importante y prestigioso de nuestro país. Los desfiles, que se alargarán hasta el martes 24, presentarán las colecciones de otoño/invierno 2009-2010 de los diseñadores más interesantes del panorama nacional, emergentes y consagrados.


Con dos bolsas en cada mano estará allí para contarlo, poniendo especial atención a los diseñadores noveles, que desfilan en el Ego de Cibeles durante toda la jornada del viernes, y a los que no pertenecen a la Asociación de Creadores de Moda de España, que lo harán el martes 24.

Siguiendo la línea editorial del blog, que siempre apuesta por el trabajo de jóvenes diseñadores, prestaremos especial atención a talentos como María Escoté y Serguei Povaguin que ya se revelaron en la anterior edición de El Ego como dos de las grandes promesas de la moda nacional y que el viernes vuelven a la pasarela para demostrar lo que valen. Y no lo harán solos, un total de 10 diseñadores emergentes se subirán a la pasarela el viernes 20 de febrero y Con dos bolsas en cada mano traerá un doble reportaje especial, uno con todos los detalles de lo que se verá en las pasarelas y el otro con una entrevista interesantísima a Andrés Aberasturi, comisario de El Ego, en la que conoceremos la historia del evento y su visión del panorama del diseño joven español.

El martes 24 no perderemos de vista a María Barros que a las 12h de la mañana mostrará su trabajo junto a las piezas inspiradas en el Art Noveau que Marta Ortiz de Zarate, de El Jardín de Lulaila, ha preparado para que se integren perfectamente con la colección Loïe que presenta la diseñadora gallega. Ese mismo día Cibeles se llenará de más diseño joven: Carlos Díez, Anke Shlöder, Juana Martín... y nuevamente desde Con dos bolsas en cada mano se ofrecerá un reportaje especial con todos los detalles.

También el equipo de Fashion on the Road, del que formo parte, estará cubriendo los desfiles sin perder de vista a ninguno de los 55 diseñadores que pasearán sus colecciones entre las salas de Neptuno y Cibeles del pabellón 14.1 de Ifema. Una mirada crítica realizada por excelentes profesionales del sector casi a tiempo real. Aquí podréis encontrar las crónicas de todos los desfiles, incluido el que David Delfín presentó el pasado día 13 en Nueva York y las diferentes fiestas nocturnas y eventos off Cibeles, como la fiesta que el propio Delfín dará la noche del domingo 22 en el Hotel Room Mate Oscar para presentar su colección en España después de su triunfo neoyorquino o la del diseñador vasco Ion Fiz en el Matadero la noche del martes.


Cinco días cargados de emociones que espero poder transmitiros lo mejor posible desde Con dos bolsas en cada mano y Fashion on the Road y así acercaros un poquito este evento tan esperado y especial como es Madrid Cibeles Fashion Week.