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Viernes 20 de febrero, 11 de la mañana en el pabellón 14.1 de IFEMA. Todo preparado para que comience la 49ª edición de Madrid Cibeles Fashion Week, el evento de moda más prestigioso de nuestro país. En esta ocasión serán los jóvenes diseñadores los encargados de dar el pistoletazo de salida. El Ego de Cibeles, plataforma de difusión desde hace ya tres años del trabajo de las nuevas promesas de la moda española, arranca en esta jornada de viernes con más fuerza que nunca; lleno casi absoluto desde los primeros desfiles de la mañana, grandes ovaciones y aplausos y un sentir general muy positivo en el que se palpa el buen estado del diseño joven en nuestro país.
En las salas Neptuno y Cibeles no hay ocasión para hablar de crisis ni para quejarse del poco caso que se hace en España a la moda joven y alternativa: hoy es tiempo de disfrutar del trabajo de los 10 diseñadores noveles que se suben a la pasarela para gritar al mundo lo que valen.Muy buen sabor de boca nos dejó
Bohento, la nueva firma creada por dos diseñadores jóvenes pero con una larga trayectoria profesional a sus espaldas,
Cuca Ferrá y
Pablo de la Torre. Especialistas en el uso de la piel, han presentado una colección redonda, muy bien trabajada, en la que se recupera el uso del uniforme de trabajo.
Looks inspirados en los trabajadores de las minas de cuarzo, aunque cuesta imaginar a unos mineros tan glamurosos trabajando duramente en la oscuridad de una mina.
Interesantes propuestas para hombre en punto y algodón combinados con napa y ante sin olvidar las transparencias, muselinas y terciopelos. En las mujeres triunfa el talle alto en ajustadas faldas de tubo.
Muchos aplausos del público en una colección de prendas que podrían ocupar sin problemas un hueco en nuestros armarios. Se nota que los dos diseñadores han trabajado para firmas comerciales como Loewe o Mimoki.

Karlotalaspalas llega a Cibeles con una propuesta inspirada en la naturaleza, la madera y la lana; todo muy rústico. Colores marrones, amarillos, beige y verdes en materiales como gabán, popelín, muselina, loneta, gasas y punto tricot. Esta joven pamplonica, estudiante de la Felicidad Duce y con varios premios a sus espaldas, inundó la pasarela con
una colección exclusivamente masculina en la que apuesta por los chalecos, las gabardinas y las faldas para hombre. Desde este primer doble desfile se pudo intuir que la estrella de la jornada iba a ser el hombre.
Ya era hora de que los diseñadores volvieran su mirada a la moda masculina.
Desde la sala Cibeles (la más clásica) nos trasladamos a la sala Neptuno (la más transgresora) para ver a Marta Montoto y Roberto Piqueras. La gallega debutaba en Cibeles y no fue, por desgracia, un
debut demasiado lucido. Poca acogida tuvo, en general, su propuesta, excesivamente redundante y con un concepto de colección sólido pero mal escogido. Como si de una fiesta de pijamas se tratase,
Marta Montoto hizo desfilar sobre la pasarela una colección masculina de prendas que no parecían tener más destino que la cama. Zapatillas de andar por casa, ositos de peluche convertidos en gorros y bufandas y un saturador desfile de esquijamas infantiles de los años ochenta sin demasiada gracia.

Roberto Piqueras, todo un veterano ya en el Ego de Cibeles, tampoco presentó en esta ocasión su mejor colección. Inspirándose en las señales de tráfico, con telas deportivas y aires retro muy ochenteros, Piqueras continúa trabajando sobre una línea ya muy definida de moda
sport irreverente y con cierto toque surrealista, con zapatillas deportivas, camisetas en colores muy ácidos y jerseis de tamaños imposibles, que quizá al principio resultara provocadora pero que ya ha pasado a engrosar la lista de lo trillado.
Hay un gran talento creativo detrás de este joven diseñador catalán y creo que podría explotarlo mucho mejor explorando nuevas líneas de trabajo.
Grata sorpresa el trabajo de la sueca
Ida Johansson. La joven, afincada en Barcelona desde hace varios años, debutaba en el Ego con su primera colección en solitario para hombre y mujer. Una colección, Mito Magnético, inspirada en el fenómeno físico del magnetismo y sus principios de atracción y repulsión.
Ida Johansson supo plasmar a la perfección su concepto de colección sobre la pasarela, con su contraste de luces y sombras, de los polos positivo y negativo de un imán, a través del juego de contrastes entre tonalidades de beige y negro, y el juego con materiales brillantes y mates, transparentes y opacos, ligeros y pesados, técnicos y naturales.
Me encantaron sus arriesgadas propuestas en las que combina materiales y superpone prendas logrando un todo elegante, femenino y muy favorecedor. Y no menos interesantes sus propuestas para hombre que dejan claro que la falda puede ser una prenda para ellos.


Acompañando a la joven sueca en este doble desfile, Silvia Salvador y Fernando Cornejo, de
Potipoti, debutaban también en Cibeles con su colección
Berlín Closer (los diseñadores madrileños llevan casi diez años residiendo en la capital alemana). Una colección de diseño sencillo y prendas ponibles en las que todo el peso lo llevan los estampados divertidos, alegres y juveniles.
Street style berlinés, que bien podría colgar de las perchas de H&M sección Divided y hacer las delicias de cientos de adolescentes underground. No es malo el trabajo de Potipoti, muy al contrario, su propuesta tiene un gran futuro comercial y eso, señores, es de lo que realmente se trata. Sin embargo, poco o nada aportaron a la pasarela.
American Pérez nos propuso un entretenido viaje a la Norteamérica profunda, la de los rodeos, los
cowboys y el
rock'n roll, la de las eternas y desiertas carreteras y sus moteles de paso; una norteamerica que todos conocemos gracias a las películas de los geniales hermanos Coen y el irreverente Tarantino. La joven diseñadora catalana,
Natalia Pérez, quiso rendir un homenaje a la cultura popular norteamericana y lo consiguió, con
una propuesta fresca, desenfadada y juguetona que no descuidó en lo más mínimo el trabajo de patronaje, corte y confección. Grandes y exagerados volúmenes, tachuelas, flecos, cuero... y otros elementos de la cultura
folk y
country en prendas que jugaron con una amplísima gama de colores: verdes, morados, naranjas, amarillos y rosas. Su gran trabajo obtuvo un merecido reconocimiento del público asistente que rompió en calurosos aplausos al terminar el desfile.

Y entonces llegó
Él, el ruso, el magnífico, el grande
Serguei Povaguin. Lo intuíamos, lo sabíamos, después de verle el pasado septiembre y enamorarnos de su trabajo. Después de hacerse con un merecidísimo premio L'Oreal muchos esperabamos impacientes un nuevo triunfo de este grande de la moda. Y así fue:
Serguei Povaguin llegó para demostrarnos lo que se puede hacer sobre una pasarela. El público lo captó nada más comenzar y no esperó al final para reconocérselo, prorrumpiendo en aplausos en numerosas ocasiones a lo largo del desfile. En la colección del joven ruso, un protagonista indiscutible para el otoño/invierno que viene: el
pantalón de talle alto. Además, preciosos vestidos tipo gabardina y un espectacular abrigo que cerró este que fue
sin duda el mejor desfile de la jornada y quién sabe, si de toda la semana.
En la cabeza de todos la misma pregunta: ¿cuándo veremos a Serguei desfilando en la pasarela Cibeles y ocupando el puesto que se merece? No hay duda... pronto. 
Con Serguei Povaguin la pasarela se llenó de los
tonos negros y grises del frío y austero invierno ruso. Cashemere, lana y viscosa en prendas de colores apagados.Una colección para vestir a una mujer elegante, muy femenina en su masculinidad, con clase. Una apuesta futurista de exageración de los volúmenes y pliegues que aumentaron progresivamente con cada nueva prenda que salió a la pasarela. Lo del joven diseñador catalán de adopción es de otro nivel, él juega ya en otra división.
El jurado L'Oreal no tuvo ningún pudor a otorgarle por segunda vez consecutiva el premio al mejor diseñador joven.
Y entonces llegó
ELLA, la veterana, la siempre genial
María Escoté, para continuar gritando al mundo que el diseño joven español tiene mucho que decir. En su cuarta colección que presenta en El Ego de Cibeles la joven catalana no lo tenía fácil. Bien curtida en estas lides, tenía que defender una gran colección anterior y seguir demostrando que merece un hueco entre los grandes.
Lo consiguió, no hay duda, despertando como ya es habitual, clamorosos aplausos durante todo el desfile. María cuenta con un grupo cada vez más numeroso de incondicionales seguidores que reciben cada salida con frenéticos aplausos; esperemos que sean igual de fieles compradores. En esta ocasión, el apoyo incondicional quedó si cabe más patente cuando no dudó en tapar con sus aplausos algunos desafortunados fallos de sonido.
La mujer de María Escoté es una mujer rompedora y muy femenina, enfundada en hiperajustados vestidos, faldas y pantalones confeccionados en sedas, gasas, rejillas, vinilos y tafetanes bordados con cristales y perlas. Todo en tres colores: el blanco, el rojo y el negro. Sus diseños lucen como pocos en la pasarela, sin necesidad de recurrir a la provocación fácil, a los sacos en la cabeza o los pezones al aire. Brillan por sí solos, por su excepcional talento creativo que inunda la pasarela de colores, formas y estampados.

El cierre de esta primera jornada cibelina lo puso el mallorquín
Alberto Tous, que debutaba en la pasarela arropado por los primeros y únicos
famosetes que se dejaron caer por Ifema (no hay apoyo al diseño joven desde el Olimpo de los artistas); algunos de los protagonistas de la serie
Yo soy Bea (uno de los cuales es el hermano del diseñador). Las influencias del mallorquín no quedaron ahí, pues también por primera vez pudimos ver a una
top desfilando en El Ego.
Una buena propuesta, sobria y correcta, en la que apostó por
el volumen como protagonista de excepción de la colección con prendas que se acercan al barroco por su trabajo con los volúmenes (quizá un tanto excesivos en ocasiones) en sedas adornadas con brocados, lentejuelas y plumas. Dorados, negros y grises en una colección en la que se echó en falta un hilo conductor, que unificara tantas piezas demasiado dispares. Le queda camino por andar a Alberto Tous aunque talento no le falta y, a juzgar por los constantes vítores de sus incondicionales
fans televisivos, apoyo mediático tampoco.
Lo mejor de El Ego de Cibeles: El cada vez más significativo puesto que los jóvenes diseñadores tienen dentro de la Semana de la Moda Madrileña. La buena repercusión mediática y el lleno casi absoluto en todos los pases, incluidos los primeros de la mañana. La enorme pasión y esfuerzo de estos 10 diseñadores que han tenido la oportunidad de mostrar aquí su trabajo. El
showroom de 30 jóvenes diseñadores que venden al público sus creaciones y que durará toda la semana.
Lo peor de El Ego de Cibeles: Todo lo que le rodea; esa pasarela alternativa de niños y niñas
chic, los estudiantes de moda, los que consiguieron una invitación en el último suspiro, los que aguardan esperanzados que la sala no se llene para colarse a última hora... toda esta fauna cibelina que pasa varias horas rebuscando en el armario para lucir el perfecto modelito
arreglao pero informal que les alce a la cumbre de la fama en algún blog de moda del momento. Hordas de jóvenes que pasean Cibelespacio arriba Cibelespacio abajo encomendándose al Santo del
fashion style para que algún cazatalentos tenga a bien retratarlos para la posteridad. A Cibeles cada vez llegan más fotógrafos que buscan captar a ese o esa anónimo estiloso con el clic de su cámara. No me gusta ese mundo de apariencias en el que todo es ser, querer ser y parecer, pero lo cierto es que es mejor tomárselo con humor y filosofía pues cada temporada es más contundente y parece que está aquí para quedarse.
Todas las fotos son cortesía de prensa Ifema (Juan Echevarría) y Yo Dona.